picamiel
Hace muchos, muchos años decidí vivir de acuerdo a lo que pienso. Vivo, entre otras
contradicciones, la de levantar empresas sin decidirme a ser un empresario: no creo que el dinero otorgue la razón, ni siquiera que sea un mérito tenerlo. Siempre me causó gracia esa costumbre que lleva a los demás a felicitar al dueño de un auto o una casa nueva, “Te felicito”, dicen. Nunca te felicitan por tener una idea. Dirigir un diario exige no sólo luchar para captar lectores, tener buenas notas, comunicarlas con ingenio, pelearse con los otros medios, el poder, etc., sino también desvelarse por la distribución, el costo del papel, los ajustes de salarios, la falta de publicidad, las estrategias de crecimiento, los bancos y las cuentas. Comencé esta empresa con un veintiocho por ciento de su propiedad y después de volver –otra vez– a vender una casa y poner mis ahorros pero el vértigo del primer año paralelo al crecimiento del proyecto, llevó a que el necesario aporte del resto de los socios redujera mi participación a un 5%. Una empresa, claro, no sólo depende del dinero para comenzarla, sino del flujo para mantenerla mientras se estabiliza. Vivo de mi trabajo, no tengo capital y realmente no soy útil en la desgastante pelea entre quienes disponen del dinero y quienes lo gastan en la producción.
En acuerdo con el resto de los accionistas decidí dejar la dirección periodística de Crítica de la Argentina, aunque seguiré vinculado al diario escribiendo cada domingo el panorama político junto a Luciana Geuna y Jesica Bossi. Marcelo Figueiras, el presidente de la empresa, Antonio Mata, el resto de los accionistas y los editores de la redacción continuarán con su trabajo de siempre en un diario que crece y se consolida en el camino hacia su segundo año en el mercado.
Nuestro contacto, de todos modos, seguirá siendo cotidiano: desde el próximo martes 14 vuelvo a la televisión con Después de todo, un ciclo diario de 20.00 a 20.30 en el Canal 26. Y los domingos en Crítica de la Argentina. Sigo buscando, como ven, motivos para complicarme la vida.
PD: Párrafo aparte merece la reacción de ayer de algunos medios al informar con verdadera mala leche sobre esta noticia. Es gracioso y patético verse corrido por izquierda por Clarín: que el diario que convivió e hizo grandes negocios con los militares (Papel Prensa, junto a La Nación), gerenciado por la señora que se sospecha apropiadora de hijos de desaparecidos, que implementa el terror como política laboral (no tiene, por ejemplo, comisión interna) sostenga en un artículo sin firma que Crítica “moderó últimamente su posición sobre Kirchner” es tan torpe que resulta cándido. “Lanata se va por la caída en las ventas” dice Clarín luego de aclarar que no tiene cifras del IVC sino afirmaciones del mercado. Crítica tiene, sin embargo, cifras del IVC: en febrero Clarín cayó 61.875 ejemplares los domingos y 26.213 de lunes a viernes. Cifras altas incluso para los 250.000 ejemplares promedio de Clarín. El diario que montó ilegalmente Radio Mitre, que obtuvo Canal 13 del menemismo y logró la fusión monopólica del cable con Kirchner nos acusa de falta de independencia. Clarín no soporta que no le tengan miedo. Me hubiera gustado, al menos, dar esta pelea con Roberto Noble, su creador, y no con su lobbista Héctor Magnetto y el genuflexo señor Kirschbaum, cada día más encorvado por decir que sí. Nada de lo que digan sobre nosotros cambiará la imagen que ustedes tienen al mirarse al espejo.
Hasta aquí la nota de Lanata.
Ahora pongo el envió a tribuna de periodistas, cual me gustaría saber a mi? y de que casta pagada salieron? enviada por Cristian Saenz, devenido de notorio anónimo en un caminante gordito de todos los canales, en la selecta compañía de Mauro Viale y el abano en mano de Grondona. Sabrá usted sacar sus conclusiones..de lo que el gordito Saenz dice en estos párrafos y a quien su honorable trasero le estará haciendo el favor, justo èl " el gran periodisto a su servicio?" PicaMieL
Nota del Sr Saenz :
Cuando el diario Crítica de la Argentina apareció en la calle, muchos creyeron que sería un medio de información independiente, ya que Jorge Lanata sería director del mismo.. Sin embargo, a poco de nacer, la manera de manejar la información por parte del periódico hizo que muchos especularan con su tendencia: algunos lo vieron "opositor" y otros "oficialista", pero el propio Lanata había aclarado, antes de que el diario siquiera naciera, que no sería ni una cosa ni la otra.
Más temprano que tarde, merced a diversos artículos de dudosa credibilidad y honestidad, se supo que se trataba sólo un "medio operador" más, particularmente permeable a sectores relacionados al ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández -jamás se encontrará un artículo contra el funcionario en las páginas de Crítica, a pesar de sus oscuros antecedentes- y al ministro de Justicia, Aníbal ídem.
Como contó oportunamente Tribuna de periodistas, nunca estuvo del todo claro quiénes han sido los accionistas del novísimo diario. El propio Lanata intentó echar luz en el primer número del periódico, pero terminó por instalar más dudas. Así se publicó en una columna con su propia firma en el primer número de Crítica: "Papel 2.0 es una sociedad anónima conformada por el ex juez federal Dr. Gabriel Cavallo, el Dr. Pablo Jacoby, titular del estudio JC Abogados y Asociados, su socio Dr. Patricio Carballés, Marcelo Figueiras, empresario de la industria farmacéutica, Juan Zitnik, socio de Figueiras y empresario del área de seguros, y Jorge Lanata".
Sin embargo, de acuerdo a los registros de la Inspección General de Justicia, Lanata no es parte de la sociedad que fundó. Papel 2.0 Sociedad Anónima fue constituida mediante la escritura Nº 219 del 24/10/2007, fº 646, ante el escribano Diego H. Rivas, su sede social es en la calle Maipú 271 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y su objeto social es "producir, editar, comprar, vender, importar, exportar, distribuir y comercializar en todas sus formas, revistas, diarios y toda otra forma de publicación grafica periodística, literaria y/o asimismo paginas de Internet, etc.".
Quienes sí aparecen como "dueños" de la sociedad son una tal Vanesa Cintia Pinedo -abogada de 29 años, aparentemente relacionada con el Dr. Jacoby- y un contador público llamado Fernando Guillermo Álvarez. Nadie más es mencionado en la IGJ, lo cual llama la atención.
Independientemente de las dudas iniciales sobre los financistas del proyecto, se sabe hoy que, por falta de fondos frescos, Lanata tuvo que asociarse para sobrevivir a un oscuro empresario español llamada Antonio Mata, oportunamente desplazado de la empresa Aerolíneas Argentinas y titular de la firma aérea Air Pampas.
La trama secreta
En noviembre del año 2008, ocurrió un hecho que pasó casi desapercibido para los ojos de la sociedad. Gabriel Cavallo y Pablo Jacoby, otrora socios partícipes de Crítica de la Argentina, renunciaron a ser parte del grupo de accionistas del diario. Aunque Cavallo no dio explicaciones, Jacoby dio un argumento lacónico al sitio Enciclomedios, al asegurar que su alejamiento se debió a "motivos personales y políticos". ¿Qué ocurrió realmente?
Según fuentes íntimamente involucradas a esta trama, el gran problema tuvo que ver con la aparición en escena del empresario Antonio Mata. Si bien en un principio su participación fue menor -y totalmente secreta-, poco a poco fue incrementando su porcentaje "accionario" sobre Crítica hasta llegar al 60% del paquete total. Al mismo tiempo, Mata fue tomando la posta del control de algunos de los contenidos del diario, lo cual fue muy mal visto por Cavallo y Jacoby.
"El 30% del diario fue comprado en marzo de 2008 y en noviembre compraron otro 30% (...) la suma en dólares fue de 500.000 por cada compra. Pagan 10.000 dólares por mes en alquiler del piso, planta baja y primer piso en la calle Maipú 267 a la firma Provincanje", aseguró a este periodista una de las fuentes consultadas.
Lo cierto es que la gran operación de traspaso de acciones se dio en dos etapas a principios y fines del año 2008 y se hizo a través del estudio jurídico Marutian, Canosa y Asociados, sito en Av. Córdoba 1540, piso 4 de esta Capital Federal (1). El operador/controlador fue Carlos Matheu y uno de los asesores legales fue Alberto Tenaillon, del estudio Tenaillon-Esteban, ubicado en Av. Leandro N. Alem 592 Piso 6. Un dato no menor: Tenaillon es prestanombre en la Argentina de las compras de Mata.
Si la Justicia se decidiera a investigar las empresas en las cuales figura Tenaillon, se llevaría una gran sorpresa, ya que muchas de ellas son firmas fantasmas. Una es Cartera Editorial S.A. con domicilio en el piso 10 del edificio Iberia, ubicado en Carlos Pelegrini al 1.100, a través de la cual se canalizan algunas operaciones financieras relacionadas a Crítica de la Argentina.
Otro dato interesante: una de las cuentas corrientes de Cartera Editorial es del Banco Galicia, sucursal Retiro -Nro. 2850/1 327/3- y el firmante de los cheques es... ¡Carlos Matheu! (2).
"Matheu es el representante y empleado de Mata que concurre y audita el diario. También firma los cheques en nombre de la cuestionada Cartera Editorial", admitió la fuente antes mencionada.
Un último apunte para aquellos que no creen en casualidades: la escribana que formalizó la operación de traspaso de acciones es María Alejandra Bulubasich, con domicilio en Av. Leandro N. Alem 639, piso 9, la misma que certificó la compra del hotel en El Calafate a nombre de Osvaldo Sanfelice, socio del vástago presidencial, Máximo Kirchner.
¿Buenos muchachos?
Periodismo que Mata
Cuando Antonio Mata introdujo en la Argentina a la firma Air Pampas, estaba seguro de que pronto conseguiría la autorización pertinente para operar como línea aérea. Tal es así que, no bien comenzó los trámites administrativos, contrató oficinas y personal ad hoc.
Pronto se topó con el primer y gran escollo, fue cuando un importante funcionario de la Secretaría de Transportes de la Nación -presumiblemente el oscuro Ricardo Jaime- le pidió seis millones de dólares para agilizar el expediente correspondiente.
Acto seguido, Mata hizo dos riesgosas jugadas para forzar su objetivo: por un lado, compró parte de Crítica de la Argentina creyendo presionar de esta manera al gobierno; por otro lado, contrató los servicios del ex canciller Rafael Bielsa para que haga lobby ante los Kirchner. Ambas estrategias fueron inservibles; primero, porque el oficialismo tiene un pésimo concepto sobre Mata -gracias a un grueso dossier que oportunamente Jaime mostró a la pareja presidencial- y, segundo, porque Bielsa es un pésimo lobbysta.
No hay que olvidar que Mata llegó a la Argentina como empleado de Marsans de España y como representante y Presidente de Aerolíneas Argentinas, en un contexto donde se produjo la fraudulenta venta de la otrora prestigiosa firma, por la cual un grupo de oscuros empresarios españoles se hizo con 80 millones de dólares. Jamás el kirchnerismo olvidará esto.
A su vez, Mata ha sido fuertemente salpicado por el escándalo del Banesto de Mario Conde en los años 80 y está involucrado en la venta fraudulenta de simuladores de vuelos de Aerolíneas Argentinas a Nueva York y París, dinero éste que, según fuentes relacionadas al tema aeronáutico, fue a parar al 50% al bolsillo de Mata y 50% al Grupo Marsans. (3)
Los detalles de este negociado y los oscuros antecedentes de Mata son parte sustancial de la carpeta que Jaime acercó a los Kirchner hace algunos meses. Ergo, no may manera posible de que Air Pampas sea autorizada a operar.
No al menos mientras el kirchnerismo siga al frente del Ejecutivo nacional.
Concluyendo
Cuando hace unos meses este periódico publicó que Crítica de la Argentina no vendía más de 7 mil ejemplares por día -motivo por el cual jamás permitió ser auditado por el IVC-, algunos colegas de ese y otros medios se comunicaron indignados con la redacción de Tribuna de periodistas. El planteo fue llamativo, ya que lo más importante de la denuncia hecha por este periódico, tenía que ver con las operaciones de prensa que hacía Crítica. La cantidad de ejemplares que vendía el diario era un dato menor y poco relevante.
La complicidad periodística de Lanata para con el kirchnerismo ha sido tan evidente, que hasta diario Clarín se animó a decirlo sin medias tintas hace pocas horas: "Crítica salió al mercado con una línea de aparente oposición al gobierno kirchnerista, aunque en los últimos tiempos moderó esta postura" (4).
La poca tirada del diario tal vez se explique también por ese motivo: la sociedad no come vidrio y suele percatarse cuando ciertos intereses privados se disfrazan de información pública. Por otro lado, hace mucho tiempo que Lanata no es el honesto periodista que muchos creían ver en él.
Mal que le pese a algunos, la doble moral del ex director de Crítica es un secreto a voces en el ambiente periodístico. Es una situación que nadie se atreve a hacer pública por temor a la exclusión del supuesto "panteón de los próceres" de la prensa.
En realidad, no hay mayor corporativismo que el que existe en el ambiente periodístico, donde los peores vicios son barridos bajo la alfombra de la hipocresía. Pocos se animan a denunciar porque pocos están limpios: quien no cobra dinero de la ex SIDE, lo hace de firmas privadas o consultoras fantasmas.
Así es hoy la situación de la prensa, donde los periodistas nada tienen que envidiar a los funcionarios más corruptos de la política actual.
Christian Sanz
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